Entra a un mundo de nuevas experiencias, atravesando, con seguridad y la mente abierta y dispuesta, las puertas de la percepción, abiertas con maestría por el talento de la artista argentina Pilar Zeta, protagonista de nuestro número de febrero.  

“Si las puertas de la percepción se purificaran, todo se le aparecería al hombre como es, infinito”, escribió William Blake en El matrimonio del cielo y el infierno (1793). Con esta obra, y en plena Revolución Francesa, Blake invitó a sus lectores a reflexionar, a indagar en sí mismos y encontrar una contrariedad que se extiende por toda nuestra vida; un enfrentamiento directo contra la naturaleza misma de Dios. Dentro de su texto, William propone la existencia de dos tipos de personas, divididos por la razón de su energía: “creadores energéticos” y “organizadores racionales”. En otras palabras, “ángeles” y “demonios”. Ambos esenciales para la existencia. Ambos seres siendo caras de una misma moneda. ¿Artistas, acaso? Contradictorios. Rebeldes.  

Años más tarde, Blake inspiró a Aldous Huxley para crear su ensayo Las Puertas de las Percepción (1954), una descripción detallada de las experiencias que el autor vivió bajo los efectos de la mescalina, incluyendo las implicaciones filosóficas y psicológicas de lo que encontró en los espacios más recónditos de su mente. En esta aventura, Huxley afirma haber tenido visiones que fueron meras experiencias estéticas, pero también vivencias que él considera apariciones sacramentales. De este modo, Huxley exploró qué había más allá de los límites de su psique consciente: se llevó a sí mismo a los terrenos más profundos de su propia percepción, un lugar, ahora, abierto a todos nosotros.  

En 1965, en Los Ángeles, California, ambos escritores continuaron pasando la antorcha de lo que Blake inició doscientos años antes. En la playa de Venice, un joven Jim Morrison se encontró con Ray Manzarek, viejo compañero de la universidad con quien reclutaría a Robby Krieger y John Densmore para formar The Doors, banda que tomó su nombre de la obra de Huxley y que encontraría, en más de una ocasión, inspiración en las creaciones de sus predecesores (por ejemplo, su álbum L.A. Woman).  

Viajemos unos cuantos años hacia el futuro (al menos, en referencia a las eras de nuestros dos autores anteriormente mencionados): 2023. En una galería de la Ciudad de México, en medio de los millones de estímulos que nos bombardean constantemente, que nos embotan e invitan a ensoñaciones urbanas, y en plena Art Week, la artista Pilar Zeta, originaria de Argentina, encontró en la obra de Blake y de Huxley el punto de partida para dar vida a un espacio de reflexión, a un santuario místico que constituye su primera instalación en un material perdurable, prácticamente infinito: el mármol. “Mi intención creando esta instalación es que la gente pueda entrar a otros niveles de percepción en cuanto a pasar y atravesar los portales”, nos contó. Siendo el simbolismo una parte crucial de su obra, Pilar fundamentó su instalación en dos pilares que esconden significados ocultos: “Las puertas son un símbolo de entrar a una realidad nueva, o crear algo nuevo en tu vida, y el huevo en sí es un símbolo de creación y de vida. La combinación de los portales y los huevos, para mí, significa entrar a una realidad nueva y de creación, donde tú eres tu propia creación. Cuando llegás al huevo, te ves en el espejo y te das cuenta que tú eres tu propia creación”. 

Pilar no solo encuentra belleza y numen en el espectador. “Mi mayor fuente de inspiración para crear es una combinación de temas que en sí no tienen mucho en común, pero, al estar combinados, son lo que genera mi obra”. Fanática de la escuela del misticismo antiguo, la cultura egipcia es uno de sus puntos de apoyo más fuertes, como dejan en claro los tatuajes que adornan su piel, algunos referencias a esta civilización. La astrología y la cosmogonía también componen dos de los ejes de sus universos, en conjunto con la ciencia ficción y, por supuesto, la arquitectura. “Me encanta la arquitectura posmodernista de los años 80. Las figuras geométricas deconstruidas que generan piezas arquitectónicas”. Otro de los lugares donde Pilar halla a su musa es el surrealismo, un término que en varias ocasiones se ha utilizado para describir aquello a lo que da vida. 

“Lo surreal es entrar al mundo de los sueños, al mundo que no es real”, nos contó esta artista, que en su experiencia incluye más de 8 años trabajando con Coldplay, así como colaboraciones con Camila Cabello, Lil Nas X o Katy Perry. “Para mí, es entrar a una realidad paralela, un universo nuevo. Y creo que cada vez que un artista crea un universo nuevo, está creando algo surreal, porque no es algo que uno ve todos los días”. 

“Creo que ‘surrealista’ es un término que se puede usar mucho para mi obra”, nos dijo cuando le preguntamos si consideraba esta una palabra adecuada para hablar de lo que hace. “Pero más allá de eso”, continuó, “es la combinación de estos temas que son muy específicos y que, en sí, crean un mundo nuevo que para la gente y los ojos del espectador es algo que no está en la realidad de todos los días”.  

Pilar Zeta tiene amplia experiencia explorando no solo distintos mundos, sino también distintos medios, ya que no se limita a la pintura o la escultura. La argentina se ha desempeñado, además, como diseñadora y como directora, por mencionar otras de sus pasiones. “Yo creo que, como artista, es importante no quedarse con un medio, sino explorarlos todos. Para mí, ser artista es estar creando 360. Ya sea con moda, con diseño gráfico, con pintura o hasta con mi casa, por ejemplo”. Pilar considera que el acto de concebir piezas no está limitado a entrar al estudio o al taller, sino que es una actividad constante y de todos los días. “Yo me despierto y quiero que mi casa tenga toda una coordinación de color, o cuando me visto, cuando elijo el outfit del día, también creo que es arte. Cómo combinas, qué cosas te pones. Entonces, para mí, mi vida es estar creando a todo momento y en el momento en el que haya algo nuevo que me inspira, me gustaría crearlo también”.  

Y, hablando sobre creación, el proceso de Pilar, por supuesto, siempre intenta acercarse lo más posible a la realidad, sin olvidar esa vena surrealista que recorre todo su cuerpo. “Para mí, usar el proceso de 3D y 2D de los sketches siempre fue primordial, porque es como empiezo a crear la obra. Y de ahí, trato de imaginármelo lo más realista posible, para que en el proceso de crearlo de verdad, de construirlo, sea lo más… O sea, yo, en mi cabeza, ya lo tengo y estoy contenta, entonces quiero llegar a ese nivel de perfección que encontramos en el mundo 3D”. En este proceso, ella busca borrar la línea que divide al mundo físico y al render, intentando confundir los sentidos y, al mismo tiempo, generar una experiencia sensorial nueva para quienes entran dentro de sus instalaciones, en las que siempre encuentra satisfacción. 

“Me pasa un poco que el último proyecto siempre es el que más satisfacción me dio. No sé, a lo mejor es porque, como está muy reciente, y estoy satisfecha en el momento, entonces digo: ‘Wow, este fue el mejor de todos’”, un ejercicio bastante bueno para cualquier artista y que, en particular, para Pilar significa el siempre estarse superando a sí misma. “Me gusta ver mi vida y mi creación como algo en lo que estoy todo el tiempo autosuperándome, creando cosas nuevas. Esa autosuperación y, obviamente, challenges que te llegan, una vez que los superas y creas algo que es increíble, ese es siempre para mí el mejor proyecto”.  

Si quieres conocer las Puertas de la Percepción de Pilar Zeta y entrar a su mundo de manera física, puedes hacerlo hasta el 30 de abril de este año visitando la Galerie Philia en Av. Ejército Nacional 676.